martes, 22 de diciembre de 2009

3 ALMAS DEL MISMO COLOR







Los momentos mas felices de mi vida

Los viví con mis amigas, con mis hermanas del alma, las amo mas q nada en este mundo

LOS AMIGOS SON LA FAMILIA QUE UNE ELIGE CON EL CORAZÓN

viernes, 18 de diciembre de 2009

Que triste engaño


Ayer te vi llorar, amiga.

Me puse tan mal que hasta hubiera compartido las lágrimas contigo, de no ser por mi coraza.

Que posición difícil la mía. Entre los dos estoy yo; la compañera de los dos. Pero la balanza ha hablado y me he inclinado en tu favor.

Soy esa mano que agarra la tuya fuertemente, mientras te observo desde abajo, llorando con tus ojos rojos, tu maquillaje corrido y una lágrima que cae...

No lo olvides nunca, siempre estaré.

martes, 15 de diciembre de 2009

¿Es tan dificil para mi ser feliz?


Hoy después de tanto tiempo vuelvo a escribir...

me siento vacía y a la vez llena,

fuerte pero débil,

feliz pero triste, orgullosa y avergonzada,

llena de amor y de odio.

Mi corazón ya esta anestesiado de tantas puñaladas, de tantas amarguras, sueños frustrados, deseos imposibles...

A veces pienso que esta bien estar así, que lo superé, otras me pregunto porque me engaño a mi misma.

Y es ahí cuando un dejo de esperanza aparece,

Y es ahí cuando vos sos una sonrisa en el espacio y me vuelvo transparente.

Quizás algún día lo supere...

Quizás algún día sea feliz...

Pero hoy no tengo fuerzas, no ya no, ya me canse de pelear, me cansé de luchar. Hoy simplemente me dejo estar, me voy matando de poquito, apagando mi voz y mi mirada, mi lado bueno; y lo cambio por el malo y me vuelvo envidiosa y rencorosa, irónica, solemnemente amargada.

Estoy atrapada en un poso grabado con tu nombre. No veo la luz; solo algunos reflejos de vez en cuando. Veo miles de manos que intentan agarrarme pero ninguna es lo suficiente mente fuerte.

viernes, 11 de diciembre de 2009

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Soledad. Era todo lo que sentía en
aquel momento. Dentro de su interior solo añoraba con poder olvidar sus
amarguras, escondido detrás de la tapa de un libro. No de uno en especial, sino
de cualquiera, no importaba si hablaba de economía, geografía o simplemente era
una historieta, en estos casos hasta un diario o una revista le venía bien.
Muchas veces había pasado unos cuentos papelones, ya que por no haberse querido
dar por aludido de ciertas cosas se hacía el que leía pero sin haberse percatado
de una cosa fundamental; el texto estaba al revés. La mayoría de los de la junta
ya se habían acostumbrado a que actuara de esa manera, ya no era un problema
como al principio.
Y ahí estaba Juan, sentado en su vieja silla dentro de su
humilde cocina-comedor. No era que le daba vergüenza, por supuesto que no. Él
había hecho toda su vida trabajos caritativos, ayudando en las guerras y esas
cosas, ya que era lo único que podía hacer,
Juan llevaba consigo una
enfermedad incurable, la cual arrastraba de por vida.
Las alfombras de
varios colores deshilachad as, capas de polvo sobre los muebles, maderas por
todas partes… madera, pero no personas. A veces se preguntaba porque no tuvo un
hermano, o tal vez por que la vida, tan injusta, le había quitado a sus
compañeros de ruta, a sus amigos.
De repente sonó la alarma del reloj cucú de
la cocina, otra vez iba a llegar tarde. Se miró en el espejo como quien no
quiere la cosa, y a pesar de sus 37 años, parecía más viejo. Su pelo castaño y
corto con un mechón sobre su frente empezaba a deslumbrar unas cuantas canas
grises; sus ojos color miel ensombrecidos por unas ojeras y su cara con pequeñas
cicatrices, en suma con su barba de 3 días, le daban un aspecto de
des prolijidad. Pero no por esto su ropa. Siempre usaba trajes en la gama de los
marrones, remandados por él mismo para tapar los agujeros hechos por las
polillas, y su capa negra casi gris por el tiempo. Era hombre de pocos
lujos y muchos principios, dispuesto siempre a ayudar al
necesitado.
Consideran do que ya debería haber salido, corrió hacia la puerta
y se desapareció entre la espesa neblina de la fría mañana.

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